- Categoría: Pecados capitales
Los encuentros con el amor misericordioso -como el del paralítico, el ciego de nacimiento y Zaqueo- llevan el signo del perdón misericordioso de Dios, pero el pecado de la soberbia cierra y hace refractario a la gracia el corazón de las personas.
Aunque bautizado como presbiteriano, el Hno. Brian no vivía su fe de pequeño. A los 13 años comenzó su vida de pecado, primero con el alcohol y después en el mundo de la droga. Centró su vida en las chicas y el deporte. Pero Dios irrumpió en su vida fuerte e inesperadamente y eso le hizo cambiar por completo. Él cuenta cómo pasó de predicador en un autobús a lo que es en la actualidad, un futuro sacerdote católico.
Esta semana se sube una maquinista muy joven a nuestro tren: Teresa Carrasco. Creció en una familia católica con una formación muy buena. Se salió un poco de los raíles antes de volver otra vez a las vías de Dios. Sus padres la educaron en la fe, pero a causa de algunas malas experiencias en su parroquia, se quedó con la idea de que los cristianos eran hipócritas. Siguió yendo a Misa los domingos con su familia y rezando el rosario, pero todo lo hacía por rutina y porque sus padres no le dejaban otra escapatoria. Pensaba que Dios era el culpable de todos sus problemas y le ponía límites a su libertad. Este vacío le llevó a hacer muchas cosas e incluso a pensar muy seriamente en el suicidio. Teresa nos cuenta cómo a través de un campamento se dio cuenta de que estaba podrida por dentro y cambió. Ahora su vida está llena porque tiene a Dios.
En este programa de "Firmes en la Verdad" entrevistamos a Matinah (Maite Zuazola), compositora y cantante de música católica. Para Matinah, la música siempre ha sido una elemento muy importante en su vida. Con siete años empezó a estudiar música y continuó sus estudios musicales en el conservatorio de Bilbao. Actualmente es directora del coro de la Parroquia Sto. Tomás Moro, en Madrid, y autora de un álbum musical. Su primer trabajo de pop cristiano gospel en castellano se titula “Ven conmigo” y ha recibido la bendición del Papa Francisco.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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