La santificación de un alma es obra del Espíritu Santo.
«En ti todos estamos vivos».
«Ojalá te tenga siempre presente...»
Vive de tal manera que Jesús no tenga que reprocharte nada como tuvo que hacer a los fariseos.
«“¿Es lícito curar los sábados, o no?”. Ellos se quedaron callados. Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió».
Si no tenemos una fe viva, ¿cómo podremos adherirnos a Cristo por la práctica del amor?
«Nuestra paz es estar contigo, Jesús».
«Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios».
«¿Estás dispuesto a dar tu vida por los demás?».
«Audaces, creativos, generosos y apasionados llevando el evangelio».
«San Josafat supo descubrir, mirar y asombrarse de Jesús crucificado».
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«Poner el corazón en lo que haces».
¿Dónde me gustaría que me recompensen, en esta vida o en la vida eterna?
«¿Vives tú de espaldas a la muerte?».
«¡Señor, ten piedad de mí!».
«Perdónanos y enséñanos a perdonar de verdad».
«Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues la última monedilla»..
«Hay más alegría en el Cielo por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan conversión».
«¿A quién entregas tu soberanía?».
¿Busco el último lugar o siempre quiero aparentar, ser el primero? ¿Cómo podría hacerme más pequeño, ser más sencillo, desaparecer un poco más?
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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