10 minutos con Jesús: No te quedes en tierra, vente conmigo
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«Soy yo, no temáis».
«Soy yo, no temáis».
En esta meditación, Abelardo de Armas se centra en subrayar el amor que le tenía María Magdalena al Señor; un amor fuera de sí, un amor que le impulsaba a hacer cualquier cosa por su Maestro.
Era oriundo de Dalmacia y pariente del emperador Diocleciano. Fue sacerdote ejemplar en Roma distinguiéndose por la pureza de costumbres y el celo apostólico, que le movía en toda ocasión. Ocupó la Silla Papal en el año 283, a la muerte de San Eutiquiano. Bajo su protección se desarrollaron las dos escuelas de Oriente, la de Alejandría y la de Antioquía, que por este tiempo habían llegado a un notable esplendor. La persecución de Diocleciano, la más cruel de todas, obligaba a los cristianos a buscar refugio en las cavernas y en los montes; pero Cayo los iba buscando a todos, para prestarles consuelo espiritual y ayuda material. Se sabe que él mismo en varias ocasiones tuvo que vivir oculto en las cavernas de San Calixto. Murió 22 de abril del 296.
«Solo al partir y repartir, hubo para todos y sobró».
«Solo al partir y repartir, hubo para todos y sobró».
A pesar de todas las tempestades que sacuden a la Iglesia, esta no se hundirá, ya que Cristo la sostiene. Si permanecemos en la Iglesia de Cristo, tampoco nosotros sucumbiremos. Es la idea principal que subraya el P. Dominic Feehan, SHM, en esta homilía.
Abelardo de Armas hace una meditación sobre la aparición del Señor resucitado a María Magdalena; de cómo María reconoció a su Maestro únicamente después de haber oído su nombre.
«Le contestaron: «No.» Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»
Nació el año 1033 en Aosta (Piamonte). Ingresó en el monasterio benedictino de Le Bec, en Normandía, y enseñó teología a sus hermanos de Orden, mientras adelantaba admirablemente por el camino de la perfección. Trasladado a Inglaterra, fue elegido obispo de Cantorbery y combatió valientemente por la libertad de la Iglesia, sufriendo dos veces el destierro. Escribió importantes obras de teología. Murió el año 1109.
En esta meditación para la Pascua, Abelardo de Armas te pone frente al sepulcro, y Jesús dentro de él. Dice que el cuerpo de Jesús, sin alma, sigue siendo receptáculo, tabernáculo de la Trinidad de Dios, porque Jesús ha muerto en su humanidad, pero Dios no puede morir. Abelardo te invita a abrazar a Jesús, ya que a través de la sacratísima humanidad de Jesús sin alma, estás abrazando la divinidad.
Nació hacia 1274. A los nueve años consiguió de los suyos el permiso de entrar en un convento de Montepulciano de monjas denominadas Saquinas por vestir un hábito de tela burda como de saco. Seis años más tarde, con su maestra en la vida conventual, fundó un monasterio en Proceno, junto a Orvieto. La madurez de la joven movió al obispo del que dependía el monasterio a ponerla en él como abadesa. Inés siempre oraba y se esforzaba por conservar y aumentar las virtudes de la humildad y la caridad, en las cuales sobresalió especialmente. Su corazón estaba totalmente lleno de amor a Cristo Crucificado en quien meditaba con frecuencia. Murió en el mes de abril del año 1317 a la edad de 49 años.
En el programa de hoy entrevistamos a Albert Cortina, abogado urbanista y ensayista, experto en transhumanismo. Ha venido a hablarnos de su último libro: «Transhumanismo: La ideología que desafía a la fe cristiana». Albert nos cuenta qué le motivó a escribirlo, por qué plantea esta disyuntiva a modo de desafío, definiendo el transhumanismo no como religión, sino más bien como una ideología que pretende rivalizar con la fe cristiana. Esta ideología está cada vez más extendida, por eso Albert escribe en su libro y nos cuenta en este programa qué peligros conlleva y cómo se puede luchar contra ella.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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