Palabras de vida desde la misión: ¡Estad preparados!
- Sección: Meditaciones-homilías
- Categoría: Palabras de vida desde la misión
Lo verdaderamente importante es lo que necesito para el último viaje…
Lo verdaderamente importante es lo que necesito para el último viaje…
«El problema es olvidarnos de Dios, que es la verdadera realidad...»
«El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él».
El mismo Cristo vive dentro de cada persona que está en gracia de Dios.
«¡Jesús, presente en los sagrarios de todo el mundo, te está esperando!»
«La mejor manera de ser agradecidos es amar».
«Cuando olvidamos que un don es don, poco a poco deja de serlo...»
«Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna».
¡Hagamos sencillamente lo qué tenemos que hacer!
«¡La mejor defensa que nos ha dado Dios es la Virgen María!»
Gritemos al corazón de Jesús: ¡Señor auméntanos la fe!
«la Iglesia nunca presupone la fe como algo descontado, sino que sabe que este don de Dios tiene que ser alimentado y robustecido para que siga guiando su camino.»
«En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu».
«Vosotros os las dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, pues lo que es sublime entre los hombres es abominable ante Dios».
«Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos»
«Cuando mi vida se acabe, que todo mi ser se haya consumido solo por Ti…»
Señor que sepa anunciarte con ingenio, sin rebajar la verdad…
«Cuántas veces me caí, tantas veces me tomó sobre sus hombros, me acogió en sus brazos, me apretó junto a su pecho, porque soy su oveja y me ama infinitamente, hasta la locura de dar la vida por mí…»
«Señor que nos dejemos encontrar por ti, haznos entender de una manera nueva que siempre nos estás esperando y nunca te cansas de esperar...»
«Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío…»
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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